Saltar al contenido
Portada » El mal trato al cliente en los restaurantes

El mal trato al cliente en los restaurantes

RestauranteEs posible que se trate de hechos aislados que para nada representan a la totalidad de los hosteleros, pero desde luego resulta sorprendente que de unos meses para acá, me da la impresión de que el trato en los restaurantes está empeorando drásticamente en todos los sentidos, o al menos en los restaurantes a los que solemos ir.

El último ejemplo nos ocurrió hace un par de semanas, cuando fuimos a una sidrería de Gascona, la calle de los restaurantes y sidrerías principal de Oviedo, pero no ha sido el único caso. La última vez que fuimos a cenar, toda la cena transcurrió perfectamente (salvo porque nos tuvieron esperando por el segundo plato más de la cuenta) hasta que llegó el momento de los postres. Como era el cumpleaños de una amiga, decidimos llevar unos pasteles para ponerles unas velas y que las soplara, así que los pusimos encima de la mesa, les clavamos las velas y las encendimos. En cuanto pasó el camarero junto a nosotros nos quitó todos los cubiertos sin decir ni múnos tiró la bandeja encima de la mesa con uno de los billetes de 50 diciéndonos, literalmente, que pusiéramos 30 céntimos, sin mirarnos a la cara y pirándose. Quedamos literalmente flipados y con cara de tontos; ¿Acaso le habíamos dado un billete de Monopoly?

Pensaréis, como nosotros, que quizás la razón de todo fue que le molestara que sacáramos los pasteles en vez de pedir postre, es posible; pero es injustificable el trato recibido a raíz de eso. Es más, si le hubiera molestado, habría bastado que nos hubiera dicho “Oye, perdonad, ¿os importaría no comer los pasteles después de soplar las velas?” y todos tan contentos y sin necesidad de estar el resto de la cena tratándonos a cara de perro.

A este caso se le pueden sumar otros de otros sitios, como aquel en el que nos tardaron en servir el segundo plato cerca de una hora y luego nos cobraron 34 euros por 3 o 4 jarras de sangría u otro en el que 5 camareros que estaban sin hacer nada (miento, estaban viendo el fútbol en la tele) nos trataron como si nos estuvieran haciendo un favor al preguntarles si tenían alguna mesa libre sin haber reservado… ¡En un sitio vacío!.

Me pregunto cuánto tiempo podrán aguantar estos sitios que hacen negocio aprovechándose solamente de su ubicación, porque estoy seguro de que tarde o temprano las malas críticas les herán efecto. Y que luego no vengan a quejarse de la ley anti tabaco o de la crisis, porque es algo que se están buscando ellos solos y es muy fácil tirar balones fuera.

Etiquetas: