Ayer por la tarde, concluyeron las presentaciones de los tres grandes fabricantes de consolas. Microsoft inauguró la ronda de conferencias del E3, santuario de videojuegos y anuncios a bombo y platillo y, sin embargo, dio la impresión de que estaba finalizándola con la traca final. Todo lo mostrado por la compañía americana estaba lo suficientemente calculado como para que Nintendo y Sony comenzasen a sudar la gota gorda. Pero lo que nadie esperaba era el terremoto que iban a causar con su último invento. Quedaos con este nombre, Project Natal.
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