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Kostnice, una iglesia decorada con huesos

Calaverilla

Situada en el pueblo de Kutna Hora, en la República Checa, a 90 km de Praga, la iglesia de Kostice es el mayor osario (lugar destinado a reunir huesos) del mundo. Lo que hace peculiar a esta iglesia no es que dentro de ella se guarden huesos, sino que está decorada con ellos. Son los restos de 40.000 personas los que hacen posible que la iglesia se mantenga en pie, y, como es general en estos casos, su historia está salpicada por las leyendas. Según la leyenda, en 1142, un noble llamado Miloslav, que viajaba de Praga a Moravia se paró a descansar en los bosques de los alrededores de Kutna Hora. Se sentía tan cansado que no pudo evitar dormirse y soñó que un pájaro le entraba por la boca y le susurraba que debía construir un monasterio allí mismo. El noble, convencido de que más que un sueño, aquello había sido una revelación divina, no dudo un momento y comenzó a construir la iglesia. Junto a ella, además, construyó un cementerio e invitó a los monjes cistercienses de la ciudad cercana de Waldsassen para que lo administraran todo.

La iglesia por dentroEn 1278, el abad Jindrich fue enviado por el rey bohemio a Jerusalén, de donde trajo un puñado de tierra del Gólgota y la dispersó por la tierra del cementerio, bendiciéndola así de alguna manera. A raíz de eso, toda la gente quería ser enterrada en ese cementerio ya que creían que el alma de quién descansara allí estaría en el cielo en un día.

La afluencia de cadáveres del cementerio fue enorme, ya que había conseguido una fama enorme e incluso enterraban a gente de otros países. Todo el mundo quería ser enterrado en Sedlec. Fueron las plagas de peste y las guerras husitas las que provocaron que el cementerio creciera de una manera desorbitada, llegando incluso a ocupar una superficie de 3 hectáreas, con más de 30.000 personas enterradas, incluyendo los 500 cistercenses asesinados cuando los husitas quemaron el monasterio.

La lámpara de KostniceEl cementerio se había quedado pequeño, y los huesos comenzaron a apilarse alrededor de la iglesia. Más tarde, comenzaron a introducirse en la parte inferior de ésta, hasta que en 1511, un monje medio ciego formó 6 pirámides con ellos ya que comenzaba a no quedar espacio dentro de la iglesia. Aunque fue en el siglo XIX, cuando el Príncipe de Schwartzenberg, preocupado por la cantidad de huesos en el lugar, contrató a Frantisek Rindt, un afamado artista local, para que mejorase el lugar respetando a la vez el deseo de las personas que decidieron que sus restos descansasen en el lugar.

A partir de ese momento, la iglesia comenzó a conocerse como Kostnice, Osario. Y, aunque desde finales del siglo XIV sufre de defectos de construcción (una inclinación parecida a la de la Torre de Pisa), es visitada por más de 150.000 personas al año. Además, un dato curioso es que el número de personas allí enterradas, supera varias veces el número de habitantes de Kutna Hora.

Sin duda un buen lugar para pasar las vacaciones de verano 😀

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