Lo admito, el comienzo de la cuarta temporada de Lost no me dio más, me pareció más un capítulo de mitad de temporada que un comienzo, con cosas que ya se sabía que iban a pasar y otras que se intuían, pero el capítulo de esta semana me ha parecido uno de los capítulos más sumamente acojonantes y buenos de toda la serie, con diferencia.
Decir ésto de un capítulo de Lost tiene mucha tela, lo sé, porque cada uno tiene sus cosillas buenas y malas, pero generalmente son los de Desmond los que me provocan una mayor expectación e incertidumbre, como ha ocurrido con este 4×05: La Constante.
La incursión en la serie del peculiar equipo del barco creo que ha sido totalmente acertada, sobretodo por Daniel Faraday, que es con diferencia el que más carisma tiene de todos. Ésto, junto con los FlashForwards ha dado a la serie el soplo de aire fresco que nunca necesitó, pero que se agradece.
Hablando de La Constante, parece que ya tenemos la respuesta a una de las preguntas que más quebraderos de cabeza ha traído a todos los aficionados a la serie: la relación entre la isla el el ‘mundo exterior’. Ahora sabemos que hay un desfase espacio-temporal entre ella y el exterior, que sólo se puede salir de la isla por unas determinadas coordenadas y que si no se hace así hay unos más que peculiares ‘efectos secundarios’. Estos efectos secundarios, consisten en que la persona que los padece hace un viaje ‘psíquico’ en el tiempo, cambiando de repente de lugar y fecha (Así a groso modo). Desgraciadamente, el que lo padece, debe tener una ‘constante’ entre ambas fechas para que su cerebro no entre en cortocircuito.
No quiero contar el capítulo. Merece la pena ser visto. Pero hay una cosa que me llamó la atención del mismo, y que no sé si serán cosas mías o no porque no las leí en ningún sitio. Si os dais cuenta, durante todo el capítulo, el famoso Minkowski supuestamente padece los ‘efectos secundarios’ de la isla, pero recuerda perfectamente quién es y dónde está la sala de comunicaciones del barco, mientras que Desmond sólo recuerda cosas de su pasado pasado, no de su pasado futuro (menudo jaleo). ¿Por qué? Ahí dejo éso para que especuléis. 😉