La respuesta es simple: sí, pero sólo durante un rato. Los científicos dicen que el cerebro continúa funcionando alrededor de dos minutos después de que el corazón se pare. Pero ¿puede sobrevivir una cabeza cortada después de ser completamente separada del cuerpo?
Muchos habrían dicho que no. Sin embargo, un científico soviético en los años 20, llamado Sergei Brukhonenko, demostró que se podía mantener con vida la cabeza cercenada de un perro. La cabeza del perro sobrevivió gracias a que estaba conectada a un primitivo simulador de corazón y pulmón llamada por su autor “autojector”. Este aparato pretendía proporcionar a la cabeza todo lo necesario para mantenerla con vida. En el siguiente vídeo se puede ver una explicación de cómo funcionaba el invento.
Brukhonenko presentó un experimento similar en 1928 en la conferencia internacional de científicos en el Tercer Congreso de Fisiologistas del USSR. Sin embargo, su ciencia fue constantemente cuestionada. Como prueba de su experimento con el perro, para demostrar que la cabeza no era simplemente parte de un cadáver, Brukhonenko hizo un vídeo en el que hace una serie de pruebas. Ilumina con una luz los ojos del perro para hacerlo parpadear. Golpea una mesa con un martillo y el perro reacciona. Finalmente, para hacer las cosas incluso más interesantes, le da al perro una pequeña pieza de queso, que se cae en la mesa al pasar por el esófago.
Después de ese día, la controversia recorrió todo el mundo. Los científicos se dividieron en dos grupos: aquellos que aceptaron que era medicamente posible, y los escépticos. Algunos incluso llegaron a decir que la película era simplemente propaganda soviética y que era médicamente imposible. De todas formas, lo que es interesante es que muchos físicos en la actualidad dan crédito al experimiento de Brukhonenko, legitimizando toda su obra.
¿Tú qué crees? ¿Será este el primer paso para mantener las cabezas con vida al estilo de Futurama?
Texto original | How Russian Scientists Kept a Dog’s Severed Head Alive! |