Parece que fue ayer, pero en realidad han pasado ya 10 años desde que se publicó la primera versión del primer programa P2P de la historia, al que muchos de vosotros (y yo también) recordaréis con nostalgia. Estoy hablando, por supuesto, de Napster.
Napster nació en 1999 gracias a la voluntad de su creador, Shawn Fanning, un estudiante de informática de 18 años, de transmitir archivos de música fácilmente a través de internet, algo que hasta ese momento resultaba demasiado engorroso debido a que se utilizaban aplicaciones diseñadas para otros propósitos, como el IRC, Hotline Connect (Que iba bien encaminado, pero tenía la limitación de sólo poder descargar un archivo de un único usuario), o los servidores FTP.
El éxito no tardó en llegar. Para ser más sinceros, llegó como un rayo. La aceptación de este programa fue brutalmente rápida y el número de usuarios fue creciendo sin parar hasta llegar a la cifra de 26,4 millones en Febrero de 2001. Esta aceptación, según dicen las malas lenguas fue promovida por la baja calidad de los discos de ese periodo, que únicamente incluían 2 canciones buenas y el resto era “paja” para subir el precio al disco: ¿Por qué pagar 3.000 pesetas por un disco del que sólo me gustan dos canciones?. Pero los, por aquel entonces adolescentes, no creo que fueramos tan lejos; simplemente teníamos una nueva manera de escuchar múscia que no pasaba por ver a las 12 de la mañana los 40 principales de Canal + o tener que gastarnos la paga de 3 meses en un disco.
Echando un vistazo al programa, es muy fácil darse cuenta de lo poco que han evolucionado las interfaces de los mismos. Ésta se dividía en varias pestañas: la principal (mostraba la página de Napster), la de búsqueda, un chat, las transferencias, la biblioteca (con reproductor incluido), la ayuda y la Hotlist. Hoy nos llevaríamos las manos a la cabeza por algunas de sus características, como que sólo se podía compartir mp3 y que las descargas no eran reanudables. Además, si mal no recuerdo, se podían cancelar las subidas, algo que era bastante común entre todos los que teníamos una conexión de 56kb y queríamos aprovechar al máximo el ancho de banda (esta característica, por motivos obvios no está en prácticamente ningún programa P2P actual).
Desgraciadamente, el declive de Napster comenzó poco después de su lanzamiento, cuando se materializó la ira de la (por aquel entonces) cantante Madonna tras comprobar que su nuevo single, “Music“, había llegado antes a la red P2P de Napster que a las tiendas. Además, algo similar pasó con Metallica (con su batería Lars Ulrich a la cabeza) y con el rapero Dr.Dre, que vieron cómo las maquetas de algunas de sus canciones, (como I Disappear) habían visto prematuramente la luz en Napster. Estos problemas fueron los desencadenantes de una guerra entre las discográficas y Napster, ya que éstas lo denunciaron por inflingir los derechos de autor de sus obras en el llamado “Caso A&M Records, Inc. v. Napster, Inc.“.
Como curiosidad, decir que para defenderse de las acusaciones, los abogados de Napster intentaron basar su defensa en un caso anterior, el llamado “Caso Betamax“, en el que Universal y Disney denunciaron a Sony debido a que sus cintas Betamax podían ser utilizadas por los usuarios para inflingir los derechos de autor de sus obras, algo que fue desestimado ya que las cortes consideraron que Sony no era responsable del uso de sus productos una vez vendidos. Sin embargo, en el caso Napster se consideró que sí se podía controlar las obras que se transmitían a través de sus servidores, lo que les llevó a perder el juicio.
Asolado por las deudas, a Napster no le quedó otra opción que cerrar en Julio de 2001, pero ya había sentado las bases para el intercambio de archivos en internet. Audiogalaxy, eDonkey 2000, Kazaa, Morpheus o eMule han sido algunos de los sucesores, pero dificilmente serán los últimos a pesar de los continuos intentos de involución de las discográficas y las sociedades de autores.
¿Qué nos deparará el futuro del P2P? Eso es algo que decidiremos entre todos.
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