Menudo revuelo que hay montado con Democracia Real Ya (en adelante, DRY) y las manifestaciones y acampadas que se están haciendo por toda España como medida de presión a los políticos. Creo que nunca había visto nada así y desde luego es digno de mención, aunque estos movimientos sociales creo que conviene que sean matizados ya que, al igual que yo, estoy seguro de que hay mucha gente que solo se siente identificada en parte por dichas reivindicaciones.
Los que leen el blog sabrán (por las fotos) que el pasado domingo fui a la manifestación del 15m. Pese a no estar de acuerdo con muchas de las propuestas que aparecen en la página de DRY por considerarlas demagógicas y en algunas ocasiones ridículas. Por ejemplo, reclamar el restablecimiento del subsidio de 426 euros a parados de larga duración me parece ridículo, tanto porque ese dinero no saldría de los árboles, lo tendríamos que pagar todos los españoles y porque, sinceramente, aunque la cosa está jodida, cada uno ha tomado sus propias decisiones en la vida y no me apetece pagar la vida a alguien que ha dejado la ESO porque prefería estar fumando porros con sus amigos y ahora no vale nada (me estoy yendo al extremo, sé que por supuesto no es el caso de toda la gente).
Quitar los privilegios a la clase política supondría un aumento taxativo de la corrupción tan obvio que resulta ridículo planteárselo: si ganas 600 euros y te ofrecen 6000 a cambio de votar una ley es más fácil que sucumbas que si ganas 6000. Es pura lógica. Lo que debería haber es un mayor control de funciones, competencias e incompatibilidades.
Y así una tras otra pueden ir tirándose abajo todas las propuestas (que al fin y al cabo es lo que son) de DRY. Os recomiendo este artículo en el que se van analizando todas ellas punto por punto y con el que comparto bastante su opinión.
Pero si no estoy de acuerdo con muchas de las propuestas de DRY, ¿Por qué me manifesté el otro día? Pues porque lo considero necesario pese a dichos desacuerdos.
Para empezar, estamos en un país con más de 5 millones de parados en el que se han estado recortando los beneficios sociales de la población debido a una mala gestión por parte de bancos y cajas de ahorros, que especularon con uno de los derechos constitucionales de los españoles: la vivienda. Me parece inconcebible que después de que muchos bancos recibieran ayudas para seguir adelante y no cayeran en banca rota, se presentaran balances anuales con incrementos en los beneficios y que incluso sigan subiendo comisiones y precios de hipotecas, precisamente para pagar ese endeudamiento con el estado que ellos mismos provocaron.
Obviamente, los políticos tienen gran parte de la culpa de todo el malestar general que hay, debido a todos los casos de corrupción que están saliendo a la luz en todas partes de España. Y parece que no les importa, haciendo oídos sordos a todas las voces que reclaman que los imputados en casos de corrupción sean apartados de la vida política (bien pensado, esto podría utilizarse como arma política, es verdad) hasta que se demuestre su inocencia.
No estoy de acuerdo con el actual sistema votación, en el que el valor de un voto depende de la comunidad autónoma en la que te encuentres. Para mi un voto es un voto, sea en Cuenca (72.000 votos para obtener un escaño) o en Asturias (135.000 votos para obtener un escaño).
Estoy harto de las mentiras de los políticos que únicamente se aferran a la crispación para obtener votos sin apelar al sentido común de los ciudadanos, en mítines que no son más que anuncios televisivos para descalificar a los otros grupos y también para promulgar con la demagogia, con frases obvias que todo el mundo entiende, para aquellos que gritan al son de “Presidente, Presidente” con una venda tapándoles los ojos.
Que se baje el sueldo (ni siquiera se congele) de los funcionarios públicos y que nadie mueva un pelo, seguramente por miedo a que corramos la misma suerte que otros PIGS.
Que la empresa española más grande: Telefónica/Movistar decida despedir a miles de empleados y a su vez aumente sus beneficios y la retribución de sus directivos de manera exagerada y que nadie mueva un pelo me parece de broma.
Por cosas como las que menciono en este post es por las que yo me he manifestado. Creo que verdaderamente existe una #spanishrevolution pero creo que conviene dejar claro que a diferencia de otros países, nosotros sí tenemos democracia y podemos cambiar las cosas, otro asunto es que seamos conscientes de ello y que el domingo prefiramos quedarnos en casa durmiendo la resaca antes de ir a votar por aquello que creamos más conveniente.