Recuerdo cuando me regalaron mi primera consola, una Sega Megadrive con el flamante Sonic The Hedgehog. Por aquel entonces Sega competía con Nintendo por el primer puesto del mercado mundial de las consolas, como continuó haciendo hasta que en 2001 dio una patada en el culo de todos los que habíamos comprado la Dreamcast anunciando que se dedicarían exclusivamente al mercado del software.
Desde entonces, no ha parado de dar bandazos en el mundillo del videojuego, publicando y desarrollando principalmente juegos de baja calidad, amparándose en los recuerdos de la época de oro vivida años atrás. Convirtiéndose en yonkis del dinero fácil de los juegos de móviles como tantos otros, intentando rascar algún dinerillo de los nostálgicos jugadores noventeros emulando sus viejas glorias.
Estos días Sega ha presentado dos nuevas perlas en su catálogo. La primera de ellas es Zone 40, una videoconsola como esas que regalaban en las tómbolas de las fiestas de los pueblos, que copia descaradamente el diseño de la Wii y que vendrá con 20 juegos de Megadrive y algunos clones de los minijuegos de Wii Sports. Sega si lo que intentas es volver a ser un referente en el mundillo del entretenimiento electrónico: You’re doing it wrong!.
La segunda de ellas es otra vuelta al pasado de la compañía nipona, presentando Sonic The Hedgehog 4, un nuevo plataformas del erizo azul, que se distribuirá por capítulos en Xbox Live, PS Store y en la Consola Virtual de Wii. Mucho revuelo para muy poca cosa. Los tiempos han avanzado y los gustos han cambiado, así que pretender éxito a un nuevo Sonic en 2D, posiblemente inspirados por el movimiento de Nintendo de lanzar de manera exitosa New Super Mario Bros en Wii resulta ridículo por varias razones.
Sonic es una vieja estrella a la que se le apagó la luz hace tiempo, en el momento en el que Sega comenzó a prostituirlo en juegos de segunda y de tercera. Un movimiento que contentará a algunos pocos, pero a otros como a mi nos parece un movimiento insuficiente y a la desesperada.
Sega, tu antes molabas.