A finales de Septiembre fui con mi novia y unas amigas de viaje a Madrid (Con EasyJet por 45 euros ida y vuelta, una gozada), a pasar unos días a casa de un amigo. Era la primera vez iba a Madrid, ciudad de la que no me esperaba nada fuera de lo común, ya que ya he estado en Barcelona y Valencia en otras ocasiones y salvo dos o tres cosillas no me habían dado más, más que nada porque no me gustan los sitios con mucha gente ni depender de ningún medio de transporte para moverme (Para mí, el tamaño ideal de una ciudad es menor o igual que Oviedo). La verdad es que me impactó bastante el metro, ya que está muy cuidado y resulta comodísimo para moverse, aunque soy algo reticente a moverme todo el día bajo tierra. El calor que hacía en algunas líneas de metro era exagerado, mientras que en otras hacía un frío de tres pares de narices por culpa del puñetero aire acondicionado (Gracias al cuál estuve una semana con dolor de garganta), y algunas veces íbamos como sardinas enlatadas en los vagones.
Uno de los días fuimos al Parque Warner, y la verdad es que es un poco decepcionante (al menos para las personas adultas) ya que es muy pequeño y las atracciones son también muy pequeñas. Antes de la hora de comer ya habíamos montado prácticamente en todo ‘lo gordo’, y yo estuve mareado un buen rato (El calor y los loopings no son buenos compañeros). Siempre había querido montar en una atracción de caída libre, pero será que me estoy haciendo mayor, porque me pareció bastante más ‘light’ de lo que había esperado. Sin duda, la mejor atracción era una montaña rusa, la Stunt Fall, que te ponía mirando verticalmente al suelo (Es lo que más impresión da) y hacía un recorrido primero hacia delante y luego hacia detrás.
Si hay algo que destacar del Parque Warner son los decorados, basados en distintas películas y series de dibujos animados, como Batman o Superman, y también en los años 30 de los Gangsters, toda una gozada para la vista.
A parte de ir a la Warner, también fuí por primera vez a un Starbucks, visité el centro de Madrid, El Retiro (Muy guapo, por cierto), etc etc. Pero no podía terminar de hablar de este viaje sin mencionar el pedazo de Audi R8 que había en el escaparate de un concesionario. Anda que no di la lata ni na con el cochecito este :-).
Al final el viaje fue bastante tranquilo, aunque me metieran pimentón picante con una cuchara dentro de la boca una vez que me dormí en el sofá y me intentaran pintar las uñas de los pies de negro, cabrones :P. Eso sí, para la próxima hay que planear un poco mejor las cosas, que aunque haga calor, hay que salir de casa.
PDTA: ¡Se me olvidaba! También vi al presentador de Braniac que anuncia ordenadores en la teletienda. (Que, por cierto, soy más alto que él :P)