Pasear por delante del Centro Comercial Buenavista es todo un espectáculo. Para el que no lo sepa el espacio Buenavista es un edificio enorme diseñado por el afamado arquitecto Santiago Calatrava para los ovetenses que alberga en su interior el nuevo Palacio de Congresos de la ciudad, un Centro Comercial de tendencias de moda (pijo total) y un futuro hotel de cinco estrellas.
Pero lo realmente llamativo de este centro es la controversia que ha creado entre los habitantes de la antigua Vetusta, amado por unos y odiado por otros muchos, hay quien sostiene que rompe con el entorno y está “metido a calzador” mientras otras personas se preguntan sobre la necesidad de pagar a un arquitecto por una obra que recuerda a otras ya anteriores (dispone de costillas móviles, es inevitable la comparación con la Ciudad de las Ciencias de Valencia).
Y es aquí donde se pone en marcha mi maquinaria mental (algo oxidada este verano) y comienzo a indagar un poco sobre las obras de arquitectos famosos, ¿será cierto que todas sus obras son sorprendentemente parecidas? ¿responde esto a un estilo propio o por contra modifican el primer edificio exitoso?
Sin más me puse manos a la obra y ante vuestros las pruebas gráficas de varias de las obras de reputados arquitectos.
En primer lugar, el ya nombrado y español Calatrava, cuyos edificios se caracterizan por los tonos blanquecinos y por estar dotados de una movilidad a base de costillas artificiales movidas por motores. Entre sus logros se encuentran como ya comenté la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el Auditorio de Tenerife o el rascacielos Turning Torso de la ciudad sueca de Malmo.
Como véis en las imágenes, es cierto que todas sus creaciones siguen una misma línea pero no me atrevería a decir que también siguen un mismo patrón. Lo cierto es que el susodicho arquitecto ha recorrido el mundo construyendo edificios y en muchas ciudades podemos encontrar la huella de Calatrava, sin duda uno de los españoles que más conocidos son en el extranjero.
Y para no pecar de soberbia nacional, os presento a Frank Gehry (tranquilos, ya lo conocéis) creador del Museo Guggenheim de Bilbao. Si os confieso la verdad yo no creía conocer otras obras de este arquitecto, salvo el Hotel Marqués de Riscal (conocida bodega férrea plantada en medio de los viñedos, hotel de lujo que salió en todos los telediarios) pero cuál fue mi sorpresa al ver que conocía la Casa Danzante de Praga (en unas de mis vacaciones fui a CentroEuropa y me maravilló dicho edificio).
El estilo de Gehry difiere bastante del de Calatrava, basa sus creaciones en material metálico que aprovecha el color de la oxidación natural y un sinfín de formas irregulares para transmitir una sensación de volumen y majestuosidad. Este canadiense de nacimiento y norteamericano de nacionalidad es también uno de los maestros más reconocidos en todo el mundo, aunque para la gran mayoría de los españoles es “el que hizo el museo de Bilbao con nombre raro”.
Y una vez puestos en situación os traslado una pregunta: los arquitectos famosos, ¿son verdaderos genios o aprovechan su estátus para difundir unas obras casi calcadas?
