¿Por qué nos haces ésto, Dios? ¿Acaso somos los jugadores de videojuegos unos enviados de Satanás y por éso nos atormentas una y otra vez con pésimas conversiones de videojuegos llevados al cine? ¿Por qué no hay ningún director capaz de hacer una buena película basándose en un videojuego con un buen argumento? La crisis, supongo.
Vayamos por partes. A diferencia de otras películas como “Resident Evil”, en la que cambian por completo el estilo del videojuego, en Max Payne lo intentan mantener, aunque terminan haciendo una mezcla muy rara entre una película de acción y una de cine negro, no sabiendo mantener el equilibrio en ninguna de las partes.
El argumento es el mismo que el del primer juego, sólo que retocado como sólo los tontunos de Tontowood saben hacer. Meten cantantes y actores que no tienen ni puta idea de interpretar y les queda un churro al más puro estilo de High School Musical.
Mila Kunis, chiquilla de de buen ver (creo que llamarla actriz es demasiado) es quien interpreta a la carismática y enigmática Mona Sax. Lamentablemente, en la película ni es enigmática ni es carismática; simplemente son un par de tetas lloronas con patas. Lamentablemente no me hicieron caso cuando les propuse a “La Mona Chita” para interpretar este papel, porque creo que habría quedado más creíble.
Jim Bravura, el detective que iba detrás de Max, lo interpreta el rapero negro (creo que en este caso es importante subrayar la raza) Putagris Ludacris, el nuevo Kingpin de la 20th Century Fox. Pero lo entiendo, si no meten a un negro en la película se convierte en racista.
Jack Lupino es Sucre el de Prison Break… con dos machetes. No comments.
Max Payne, interpretado por el insecto palo llamado Matt Damon Mark Warlberg (si pagué por ver la película, tengo derecho a escribir su nombre como me de la gana) no tiene carisma, ni expresividad, ni “na de na”. ¿Dónde está la cara de loco? Reconozco que la cara de cabrón la tiene, pero, ¿y la de loco?.
Como dije antes, y repito ahora, el argumento es el mismo pero retocado. Ni empieza donde termina, ni termina donde empieza. Personajes clave que salían en el juego, como Alfred Wooden, que en el juego era quién evitaba que declarasen culpable a Max, no aparecen. Ni tampoco el helicóptero del final… A diferencia del juego, dejan la trama abierta al más puro estilo Resident Evil, incluyendo personajes que no pintan absolutamente nada, como Nicole Horne. Además, el tema del Valkyr está taaaaan exagerado que termina aburriendo (supongo que necesitarían una excusa para meter efectos especiales a cascoporro).
Por último, no quiero dejar de lado el penoso montaje de la película, que parece que está hecho por niños de 5 años y dirigido a que los retrasados mentales la entiendan.
En definitiva, pudo haber sido mucho, pero al final fue agua. Ahorraros el dinero del cine y bajaros la peli, porque yo no pagaría casi 6 euros por un truño de este calibre.
PDTA: Eramos 6 personas en el cine el día del estreno… tócate los huevos.