Llevaba bastante tiempo queriendo hablar de Dexter, pero por una razón u otra lo fui posponiendo y posponiendo… hasta hoy, que ha terminado la emisión de su cuarta temporada en Estados Unidos con el récord de haber sido el capítulo de la cadena Showtime que más gente ha visto.
Y se lo merece totalmente, porque esta temporada ha sido totalmente genial, sobretodo después de una tercera en la que el asistente de la Reina Amidala se hacía cada vez más pesado y terminaba aburriendo (un poco). El psicópata de la temporada es Arthur Mitchell, que recordaba por ser el padre extraterrestre de “Cosas de Marcianos”, y aunque al principio se hace raro verlo en un papel totalmente opuesto al de la serie de humor (y en pelotas) termina convirtiéndose en un personaje de casi 2 metros intimidante y amenazador. Genial.
Pero no es que las demás temporadas no tengan asesinos carismáticos, que como digo, me lo han parecido todos a su manera (mención especial a la inglesa, que aparte de enseñar carne, tenía un toque especial). Lo que me parece es que Dexter ha estado madurando como serie poco a poco y los guionistas parecen haberla querido llevar detenidamente a la situación final en la que se encuentra ahor, tras el final de esta cuarta temporada, abriendo un abanico de posibilidades sobre todos y cada uno de sus personajes.
Me han dicho que los libros, aparte de ser mucho más oscuros que la serie, tienen acontecimientos distintos, y me parece que si los tiros de la siguiente temporada van por donde creo que van a ir, van a ocurrir cosas que descolocarán a más de uno.
En definitiva, que si tenéis algún hueco libre en vuestra apretada agenda y decidís ocuparlo viendo una serie, Dexter es una magnífica alternativa, de esas que más te enganchan cuanto más las ves.
Y por si no os he convencido, os dejo algunas muestras de que la serie rebosa calidad.