Estos últimos días, no sé si por nostalgia o por aburrimiento, me he dedicado a revisar y recuperar algunas entradas antiguas del blog, así como a hacer un poco de limpieza en el mismo. Me da un poco de pena tenerlo tan muerto desde su último post en 2021, así que… ¡Me he propuesto escribir “algo”!.
Y ese “algo”, no es, ni más ni menos que de God of War: Ragnarok, el último juego que me he pasado y que, dicho sea de paso, me ha encantado. El juego nos pone otra vez a las riendas de Kratos y Atreus, justo después de los acontecimientos del anterior juego, así que diría que es imprescindible haberlo jugado (merece mucho la pena, dicho sea de paso).
No me voy a andar con rodeos. El juego es una maravilla. La jugabilidad, las batallas y la épica, se mantienen como en su predecesor. Las misiones secundarias no son repetitivas (aunque todavia me faltan los cuervos, los berserkers y el crisol) y ofrece una buena sensación de progresión.
La historia no está mal. Es entretenida y tiene algún momento , aunque el tramo final se me hizo un poco apresurado y creo que podrían haber desarrollado algo más a algunos personajes.
De cabeza a mi recomendómetro de 2023 para todos aquellos que puedan jugarlo.