Se abre el telón y aparecen un inglés y un español entrando a una red social. Se cierra el telón. ¿Cómo llaman a la película? El inglés Facebook, el español Feisbuk.
Esto, que de primeras no deja de ser una chorrada, es un reflejo de la cultura cibernética que tenemos en general los españoles. Y es que aunque a muchos les gustaría ocultarlo, a los españoles nos educan desde pequeños en la Internet Explorer School, que de prestigiosa poco tiene.
Pertenezco a una de las primeras generaciones que ha crecido con un ordenador en su habitación, cuando los ordenadores dejaron de ser aparatos que sólo servían para jugar al Arkanoid y procesar hojas de cálculo. Por aquel entonces Windows 95 comenzaba a consolidarse y a mi me habían estafado por primera vez asegurándome que Windows 3.11 duraría unos cuantos años más.
En el colegio siempre nos enseñaron a leer y a escribir, pero utilizar un ordenador era algo demasiado moderno, incluso friki diría yo. Lo que quisiéramos aprender de ordenadores e informática debía ser por nuestra cuenta, y realmente era comprensible ya que aún no era común tener un ordenador en cada casa. Las pocas academias “de informática” que había por aquel entonces sólo se dedicaban a enseñar lo básico de ofimática (aunque ahora que lo pienso, quizás la cosa no haya cambiado tanto). Así es como comienza a fraguarse el desprestigio de una especialidad, haciendo creer que tomarse una aspirina es lo mismo que estudiar medicina.
Todo lo relacionado con la informática evoluciona a pasos agigantados año tras año, pero la educación sigue siendo la misma y si quieres usar un ordenador debes buscarte la vida. Y luego pasa lo que pasa, la ignorancia y la falta de ganas de aprender lleva por un lado a no saber utilizar un ordenador, a la incapacidad de comprender los entresijos de la red y de las redes sociales y puede que también sea la razón del maltrato que sufren los informáticos en España.
La potencia sin control no sirve de nada, y de la misma manera que no regalaría un coche a alguien que no tiene carnet, no regalaría un ordenador sin haber enseñado antes a utilizarlo al que lo va a recibir. Porque tener un coche no te convierte en Fernando Alonso, ni tener un ordenador te convierte en Bill Gates.
Artículo escrito para el blog del Foro Internet Meeting Point. ¿Cómo? ¿Que aún no has leído su pedazo de programa?