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Por qué Gears of War 3 no es un juego de 10

Hace poco menos de una semana que me pasé junto con Nyutu Gears of War 3, uno de los juegos más esperados por los usuarios de Xbox 360 este año y que supone el cierre de la saga que comenzó hace 5 años. Gears of War siempre me gustó; de hecho, me pasé el primero en PC antes de tener la Xbox (ni siquiera recuerdo a qué resolución) y podéis leer mis críticas de los dos anteriores aquí y aquí.

Si lo que estás esperando es un análisis del juego, puedes dejar de leer porque no es mi intención escribirla, simplemente manifestarme en contra de que se le proporcionen notas abusivas a este (por otra parte) gran juego y debatir un poco con aquellos que lo han jugado. Sí, si aún no lo has jugado, no sigas leyendo porque voy a soltar algunos spoilers.

El juego nos sitúa un tiempo después de la segunda parte, cuando tras hundir Jacinto, a los humanos no les queda otro remedio de hacerse pelillos a la mar, literalmente, cual Waterworld. Dom se ha convertido en un hermitaño amante de los nabos y en un potencial suicida por aquello de que su amada María hubiera muerto a manos de los Locust.

Creo que aquí empieza el primer problema del juego, que es que se ven de lejos las intenciones de los guionistas, matando de una manera “heroica” al único personaje con el que el jugador se puede identificar (y tampoco). Si echamos un vistazo atrás, recordaremos que los Locust metían en jaulas a algunos humanos, pero no se vuelve a saber nada de ello a pesar de las buenas resoluciones que podría haber tenido. (Humanos que se convierten en Locust, los Locust provienen de los humanos tras pasar por los laboratorios de investigación de GOW2, etc…)

Por otra parte, en el aspecto jugable, los dos primeros episodios me parecieron bastante repetitivos y considero el tercero el más salvable.

El final del juego, y por tanto de la saga, me pareció muy mejorable. Básicamente lo que transmite es que de las tres razas que hay en el mundo, la peor de todas son los humanos, porque como cuentan en la historia:

  1. Los humanos empezaron a cavar y les tiraron a los Locust inmulsión encima
  2. Los Locust se cabrearon y atacaron a los humanos.
  3. Los Lambent (la inmulsión) que había vivido en paz sin molestar a nadie, contamina los cadáveres de los caídos, lo que crea una nueva raza parásita.
  4. Se dan leches todos contra todos.
  5. Los humanos aniquilan a todas las demás razas.

Es decir, que los humanos empiezan la guerra y los humanos la terminan con un genocidio. Unos cabrones, en pocas palabras, más aún cuando Marcus decide apuñalar a sangre fría a la reina Locust estando desarmada. Una moraleja cojonuda, vamos.

Y por cierto, ¿Alguien sabe qué pasa con el presidente “gansta” de la refinería? Me refiero a ese personaje totalmente prescindible que tan pronto aparece como desaparece, amenazándonos y sacándonos un corte de manga. ¿En serio era necesario meter un personaje tan fuera de contexto como este para atraer a los chunguitos a este juego?

No sé si me olvido de algo, pero estas son algunas de las razones por las que no le daría un 10 a este juego como le están dando muchas revistas y páginas “especializadas”. Un juego que globalmente podría ser mejor que los anteriores pero que lo pierden los detalles, que podrían conseguir que fuera mucho más épico de lo que es. Como diría maca, el juego con menos alma de los tres.

PDTA: ¿Alguien sabe qué fue de los Krill? ¿Están hibernando o algo así?

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